viernes, 16 de julio de 2010






Éste es un amor que tuvo su origen

y en un principio no era sino un poco de miedo

y una ternura que no quería nacer y hacerse fruto.



Un amor bien nacido de ese mar de sus ojos,

un amor que tiene a su voz como ángel y bandera,

un amor que huele a aire y a nardos y a cuerpo húmedo,

un amor que no tiene remedio, ni salvación

ni vida, ni muerte, ni siquiera una pequeña agonía.



Efrain Huerta

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