¡Ganaste!
Al fin acabó la guerra,
te concedo, la victoria limpia.
Luché por la causa más noble
que pudiera existir jamás:
el amor,
usé las únicas armas que tenía:
la verdad y la justicia.
Y aún así perdí,
perdí ,batalla tras batalla.
Enfrenté a los demonios
temblando de miedo,
las brujas, las arpías
y los fantasmas
no pudieron contra mí.
Sin embargo...
Me venciste tú
con solo cuatro palabras
me derrotaste,
destrozaste mi espada,
quebraste mi escudo;
robaste el brillo de mi armadura,
paralizaste mi cuerpo,
apagaste el fuego de mi corazón
y me robaste las ganas
de seguir combatiendo.
Me hiciste una herida… mortal,
a traición...
¡Matándome el alma!
¡Regocíjate con tu victoria!
Ya no blandiré mi espada,
ni me levantaré de la nada.
Las sombras me acechan
y atacarán de nuevo,
hasta hacerme desaparecer
¡Ganaste!
El abismo se abre a mis pies,
cada día un poco más.
¡Disfruta escarbando la herida,
clava más el puñal!
Que ya no siento dolor,
ni deseos de luchar.
¡Ya nada importa!
Sin razones...
¿Para que seguir luchando?
¡Felicitaciones!
¡¿Ganaste!?
Sólo dime: ¿Qué?
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