Yo le amaba con locura y timidez
era blanca, pura…
mis alas eran el boleto
a la ciudad de la luz
hasta que apareciste tu
me deslumbraste
con cientos de palabras
me deje arrastrar por ellas
sucumbí al hechizo de tus besos
a las caricias de tus manos
al sonido dulce de tu voz,
fui entrando en la oscuridad
sin darme cuenta
en un remolino de espinas
me dejaste un día…
ciega, vacía, sin latidos;
en vano intente llamarte
ya no tenía voz,
un manojo de llantos,
un alarido de muerte,
mire a los lados…
cientos de ángeles caídos
eran mi compañía…
Enredada entre cadenas,
bañada en barro putrefacto,
intente volar pero mis alas
ya te tenían tu nombre,
maldita me hiciste entre la gente
un monstruo que devora corazones
con placer y furia
igual que tu, igual que tu.
De pronto una risa diabólica
estremeció el aire,
anunciando tu regreso.
Una vez más…
me rendí ante tu mirada.
Una vez…me abandonaste.
La ira se instalo en el hueco
que dejaste en mi pecho
y volví con mas furia que antes
a destrozar todo
lo que se interponía
en mi camino…
muriendo con ellos
en cada corazón
que arranco de raíz.
Sin que me duela
el no tenerte ya
voy buscando la salida
del laberinto de tu infierno,
mientras caigo mas y mas adentro
del espiral de odio
que sembraste en mis sueños.
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